En el margen izquierdo del Barranco de Izcagua, sobre un falso rellano a modo de meseta, en la misma orilla del barranco, los awara construyeron tres amontonamientos de piedras *. La zona (a 2.000 m de altitud) está ocupada por el pinar, lo que fue un inconveniente para la observación del fenómeno cíclico anual de la llegada del Sol del invierno. No es el único caso en los que el pinar se interpone en la alineación, hecho que viene a demostrar que este bosque se desarrollaba unos metros más abajo de lo que está en la actualidad. En general, los amontonamientos están casi cubiertos por una capa de pinillo.
En la parte inferior encontramos el amontonamiento nº 1 que está pegado al borde del barranco. Tiene un perímetro de lajas, mal conservado, de unos 8 m; el relleno es de lajas grandes y pequeñas en su parte superior, de unos 2 m de diámetro y 0,50 m de altura. Contiene un centenar de piedras.
A unos 12 m de distancia localizamos el amontonamiento nº 2. Es el más grande, al medir unos 9 m de perímetro, realizado con lajas hincadas, actualmente caídas. Tiene un diámetro de 2,50 m con relleno de lajas medianas, grandes y algunas piedras. Alcanza 1 m de altura y contiene más de un centenar de piedras.
Ocho metros más arriba encontramos el amontonamiento nº 3, el más pequeño y punto culminante del alineamiento. Tiene un perímetro de lajas grandes y medianas, de 4 m, un diámetro de apenas 1,50 m con relleno de lajas grandes y medianas, y 0,50 m de altura. Se encuentra derrumbado por el poniente y contiene unas 80 piedras.
Las primeras medidas que tomamos con la brújula nos llevaban directamente a uno de los picos sobresalientes de La Caldera de Taburiente en los altos de Marangaño (Las Mosqueras), que no correspondían exactamente con el alineamiento. Este señalaba un segundo escalón, pegado a la cúspide. Como estaba el barranco no existía, en ese lugar, la posibilidad material de situarse en un "axis" que coincidiera exactamente con el mismo pico.
Cumpliendo con nuestro ritual al amanecer durante el solsticio de invierno, nos situamos en la línea dibujada por los amontonamiento y pudimos comprobar la perfección de la religación entre los tres amontonamientos de piedras, el pico de los altos de Marangaño y Abora (la Madre Sol).
* La estructura de alineamientos de los amontonamientos es mayoritariamente individual. En este caso se alinea con un pico sobresaliente en el paisaje y el sol del invierno. Dos amontonamientos alineados es poco frecuente, sólo conocemos tres casos (Pico Corralejo, marcador solar de Cabeceras de Izcagua y Novanillo). Tres amontonamientos alineados es menos frecuente, sólo se da en dos ocasiones (marcador solar de Cabeceras de Izcagua y Cabeceras de Izcagua I).
Y como "una imagen vale más que mil palabras", en el siguiente video pueden observar el mágico momento con la primera luz durante el amanecer del solsticio de invierno.
los awara buscaron la altura estableciendo un principio ideológico asociado a la topografía
"Quienes tratan de interpretar símbolos en sí mismos miran la fuente de luz y dicen:"no veo nada". Pero la fuente de luz está ahí no para que se la mire a ella, sino para que se mire y vea lo que ella ilumina. E igual pasa con el simbolismo" (Dan Sperber).
Había una época que cuantos más yacimientos prehistóricos encontraba, menos entendía la cultura awara. Ahora que hemos abierto la puerta, cuantos más encontramos, más entendemos. Así de sencillo.
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